DONA NO REEDUCABLE


AUTOR: STEFANO MASSINI
DIRECCIÓN: LLUÍS PASQUAL
INTÉRPRETE: MÍRIAM ISCLA
VOCES EN OFF: MIQUEL CABAL, XÈNIA DYAKONOVA, LLUÍS MARCO y MANUEL NUÑEZ YANOWSKY
DURACIÓN: 1h 10min
FOTO: ROS RIBAS
PRODUCCIÓN: TEATRE LLIURE
LLIURE GRÀCIA

Helada, sin poder moverme. Una hora y unos minutos más atónita. Una presencia constante, una actriz que lo ocupa todo, pensamientos, alma, fuerza de voluntad, corazón. Respiro, pero aún así el horror del discurso me corta la respiración. Hay miedo, porque no es ficción, los hechos más o menos contrastados, suceden delante de tus ojos. Y, aunque la historia es conocida, no por ello te sorprende cada vez que alguien alza la voz para explicártela.

Tremenda, maravillosa, magnífica, apabullante, magistral y podría seguir sacando adjetivos de una chistera para calificar el trabajo del portento llamado Míriam Iscla, con una transformación sencilla, consigue que sólo sean sus palabras y la de los personajes que se van sucediendo en escena las que se oyen. Resuenan con fuerza, por dentro, incluso unos días después de haber salido del teatro. Sin palabras para describir lo que cualquier persona periodista o no, le pasa por dentro mientras le explican, y se imagina, el horror. Ninguna guerra es fácil, y menos la guerra por la verdad.

Poderosísima puesta en escena de lo más simple, una mesa de trabajo y una serie de imágenes y vídeos proyectados contra la pared, como balas que entran y salen hasta convertir a los cuerpos de los espectadores en una especie de carnicería teatral. Un monólogo con un ritmo vertiginoso donde las imágenes físicas e imaginadas no dejan de entremezclarse, donde no hay ni un minuto para el respiro y donde aquel lema informativo de "está pasando, lo estás viendo" se vuelve más presente que nunca.

Sala del Lliure de Gràcia a rebosar y espero que esté así las sesiones que falten, las de ahora y las de final de temporada. Un espectáculo imperdible, que demuestra que no somos inmunes a ciertos actos de violencia de estado, por mucho que se nos ametralle día tras día en las noticias. A veces hace falta corazón y tripas dejar que nuestros ojos vayan más allá del mero titular. Y aún compungida y llena de rabia. ¡Bravo!

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