ALPENSTOCK



autor REMI DE VOS
traducción MÒNICA BOFILL y RAMON MINOVES
adaptación MÒNICA BOFILL y RICARD SOLER
dirección RICARD SOLER i MALLOL
intérpretes LARA SALVADOR, ENRIC CAMBRAY y ARMAND VILLÉN
duración 70min
fotografías AITOR RODERO
producción OBSKENÉ
TEATRE TANTARANTANA

No hay duda que Obskené es una de las compañías más eclécticas del panorama teatral catalán. Caminan entre géneros como pez en el agua, y esta Navidad llegan con un cuento a medio camino entre la realidad y el teatro del absurdo que no deja a nadie indiferente.

Alpenstock nos mete de lleno en la peculiar y tranquila vida de Greta y Fritz, un matrimonio que cumpliría todos los cánones y que simplemente se dedican a trabajar (él) y a ver la vida pasar, hasta que un buen día un extraño se cuela en su casa y cambia su apacible transcurrir para siempre.



Una buena dosis de humor negro, elementos del cine de animación, una caracterización y ambientación que no obvia el mundo en rosa son los principales elementos de esta farsa que nos invita a pensar, mientras reímos casi sin parar, en la tolerancia, en la hipocresía de la sociedad del bienestar hasta llegar a qué seríamos capaces de hacer por mantenerla.

Además de la crítica al sistema político y de valores, emerge una clara crítica de la figura clásica y conservadora de la mujer como un objeto más del mobiliario de la casa. Como en otras ocasiones observamos como el marido trata la mujer, pero aquí el punto de "inflexión" es la diferencia de trato de Greta hacia sí misma en presencia de su marido ("Soy una mujer simple") y la que afortunadamente tiene cuando éste no está presente (de querer salir a comerse el mundo).



Sorprendente y sensacional escenografía de Adrià Pinar y Víctor Peralta, toda una alegoría del mundo escenario que estamos viviendo, del cartón piedra, de búsqueda de la apariencia más que otra cosa. Un mundo rosa que nos invade nada más entrar en la sala, y que se complementa nada más alzarse el telón. 

La atmósfera de Alpenstock rezuma hipocresía en cada réplica y que no deja títere con cabeza. Sus paredes son impolutas, por la obsesión de esta familia por la limpieza (otra metáfora más), y son europeas, con una clara referencia demoledora a la Unión Europea, que lo que no puede limpiar lo tapa. 



Las interpretaciones están muy cuidadas, ya que podrían haberse "salido de madre" y descuadrar el resultado final. Aunque para ser justos el punto de inflexión lo protagoniza la figura del extranjero, un excelente Enric Cambray, al que se le notan los años de tablas y que es capaz de despertar la risa del público, a pesar de que su personaje a veces se vuelva repetitivo. Cambray despliega un magistral repertorio de gestos que convierten a su personaje en toda una pequeña bomba interpretativa.

Alpenstock es el complemento ideal para preparar el alma para los empachos navideños. Y, estoy segura, que también los limpiará a la perfección en la postfunción gastronómica más salvaje del año. Como ya es sabido, la risa siempre es el mejor antídoto, y aquí la regalan a radaules.


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