El TNC busca oro en 'Desig sota els oms' de Eugene O'Neill



Por Elisa Díez (Butaques i Somnis)
Fotos: David Ruano

El segundo estreno de la temporada del TNC viene marcado por la fiebre del oro. Nos trasladamos a la América rural de 1850 con unas características muy marcadas: la propiedad, Dios/religión, la patria, la bandera y la lengua. La obra está escrita en 1924 por "un visionario" como le describe Joan Ollé. 

Mientras la fiebre del oro hace que los jóvenes marchen hacia el Oeste, un viejo granjero del sur se mantiene aferrado a su antigua tierra de piedras que con el esfuerzo de toda una vida ha conseguido convertir en tierra cultivable. Cuando sus tres hijos descubren que se ha vuelto a casar con una mujer mucho más joven que sólo busca recoger la herencia, estallaran todas las tensiones acumuladas al largo de los años en los muros de esa propiedad.

Eugene O'Neill es uno de los autores más desconocidos de Catalunya, "se representa poco, quizás por temas económicos, hasta ahora era imposible representar una obra como Desig sota els oms por el número de actores en escena. A los principales se han incorporado unos 'figurantes' de los que te sonarán los nombres: Eduard Muntada, Laura Pujols, Gal·la Sabaté, Noël Olivé y los músicos: Àngel Cerdanya 'El Sueco', Iban Beltran/ Carol Duran y Lluís Gómez.

El sueño americano se convierte en la pesadilla americana en el 1929  (Joan Ollé)

Hay una figura muy presente en la obra, Dios, que en palabras de su director "tiene reminiscencias con Trump". Pero no sólo de Dios vive el hombre, Desig sota els oms también está muy influenciado por la tragedia griega. De hecho según Josep Fontana, autor del prólogo de la versión editada por Arola y el TNC, "es una transcripción de Hipólito de Euripides, eso sí con el cambio de escenario, espacio rural de la América de mediados del siglo XIX.

Y lejos de la Grecia clásica, el texto de O'Neill también nos recordará autores más contemporáneos, ya que tiene numerosas referencias a autores clásicos como Strindberg, Ibsen o Chéjov.



Una de las sorpresas de esta versión es el lenguaje por el que se ha optado, ya que la obra está escrita en un slang anglo-irlandés y a la hora de traducir no 'quedaba bien' optar por un catalán normativo (TV3 style). Por lo que podremos escuchar algo similar al catalán que se habla en la comarca de la Garrotxa.

La puesta en escena también esconde alguna sorpresa, ya que el escenario es giratorio y nos permitirá entrar en cada una de las habitaciones de la casa. A pesar de que estamos en la América rural de 1950, según uno de sus protagonistas, Pep Cruz "es una obra muy catalana, porque se saca pan de las piedras, han conseguido hacer fértiles unas tierras llenas de piedras, éste el espíritu de los catalanes, que han hecho lo mismo con buena parte de las tierras gironinas."



Otra de sus protagonistas, Laura Conejero ha destacado la importancia que para su personaje tiene la propiedad. "Para ella (Abbie) es lo primero, se casa para tener una casa en propiedad. No es la fiebre del oro, es la fiebre de la propiedad. Ella utiliza a su marido (Cabot, Pep Cruz), y su marido la utiliza a ella. Los problemas llegan cuando se enamora y además lo hace de unos de los hijos de su marido (Eben, Ivan Benet)."

Todos los protagonistas coincidem en las palabras de Ivan Benet, "es una obra que para el espectador será como vivir una realidad paralela, ideal para sumergirse en los tiempos que estamos viviendo".



La falta de espectadores en las salas, debido a los recientes acontecimientos político sociales ha estado muy presente en la rueda de prensa de presentación de Desig sota els oms que nos ha dejado dos perlas como éstas:

Si dejamos de ir al teatro es una derrota, pequeña, pero una derrota. (Pep Cruz)

Els catalans si alguna cosa sabem fer és pa amb tomàquet i teatre (Pep Cruz)


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